Originario de Suiza, de donde deriva su nombre ("bernés", por Berna, capital de ese país), ya en el año 1910, un tal Sr. Kock presentaba unos ejemplares de esta especie, de una belleza extraordinaria, a la exposición de Lisboa.
Según sus creadores, este pájaro es de una pureza semejante a la de los mismos Alpes Suizos, aunque evidentemente esta variedad se cría en otros países europeos, muy difundido en Alemania, algo en Bélgica e Italia y muy poco en España.
Es Suiza, lógicamente, el país con mayor número de criadores, donde incluso tiene un club, el club Oficial del Bernois. En nuestro país hay criadores en la Comunidad Valenciana, en la Murciana y en Baleares, y posiblemente, en la actualidad, en algún punto más de nuestra geografía.
A pesar de su poca difusión en nuestro país, es un canario de postura de mucha clase, de porte majestuosos e impresionante.
Desde 1910, existe un Standard oficial para poder enjuiciar a esta raza de postura, pero hoy, después de casi 100 años de existencia, nos atreveríamos a decir que un 80% de los jueces nacionales no han visto nunca un Bernois y que muchos de los jueces internacionales (O.M.J.) tampoco, con lo que podríamos considerar a esta raza una gran desconocida dentro de los canarios de postura.
Las consecuencias son fácilmente imaginables. Cuando estos pájaros llegan a los concursos locales o provinciales, los jueces, en numerosas ocasiones reconocen no haberlos visto nunca, o bien que se trata de otra raza pasado de talla, un llarguet gordo…, aunque también reconozco, y es de agradecer su sinceridad, que los hay que me han pedido que les muestre alguno de estos pájaros para que los puedan ver por primera vez, y puedan aprender a enjuiciarlos.
Bernois, ese gran desconocido Esta raza tiene sus orígenes en la selección de los Yorkshire, pero el cruce hay que realizarlo con cierta finura, porque hay que darle un poco de cuello, que el Yorkshire no tiene, y evitar que levante la cola, entre otras cosas. Uno de los principales inconvenientes de esta variedad es que no son grandes criadores y muchas veces hay que recurrir a nodrizas, puesto que si bien ponen huevos, no suelen incubarlos, aunque afortunadamente esto no pasa con todas las parejas. A esto habría que añadir la dificultad, para los criadores españoles, de poder comprar a otros criadores nacionales ejemplares para cambiar la sangre y mejorar la raza. Somos pocos y estamos lejos unos de otros, con poco contacto. No se ven ofertas en los bolsines, ni en las salas de venta de los campeonatos nacionales, ni incluso mundiales. No los hay en Reggio Emilia, ni en Bélgica ni en los demás puntos importantes de oferta de cualquier otra variedad de canario. La única solución es desplazarse a Suiza o Alemania, previo contacto y cita con el criador y, aún así y todo, en el mejor de los casos sólo puedes conseguir 2 o 3 parejas, ya que por lo general no quieren venderte más. Quizás sean todas estas dificultados, tanto en su cría, como en su adquisición incluso los problemas a la hora de enjuiciarlos, por desconocimiento, lo que hace de la cría de esta raza un reto y le confiere un mayor atractivo a la empresa.
Cuando acaba la temporada de cría puedes ver en las voladeras 15 o 20 ejemplares del porte, elegancia y clase de los Bernois, reconoces que el esfuerzo ha valido la pena. Y, si además, los llevas a los concursos y te hacen un buen papel, la satisfacción es plena y te dan nuevas fuerzas para seguir intentándolo un año más.
Estoy seguro de que en los próximos años, si se consigue difundir los factores que tienen a su favor como pájaros de postura, su tamaño, cabeza, forma de patas, su porte arrogante y su orgullosa posición en el posadero, podrían pasar a ser una de las variedades preferidas por los criadores. Realmente es un pájaro espectacular e impresionante y, como decían los viejos criadores de esta zona, cuando coges un canario en la mano, te la tiene que llenar. Y este pájaro, os aseguro que os la llena.